Lunes 22 de Febrero de 2010
El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana-Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya Verds tiene la palabra el señor Llamazares.
El señor LLAMAZARES TRIGO: Quiero empezar agradeciendo su comparecencia,
señor Corbacho. Aunque con la misma sinceridad le digo que creo que falta gente, creo que
aquí debería estar la vicepresidenta económica del Gobierno y creo que debería estar
también el señor Mercado, que son los autores verdaderos de esta propuesta. Porque esta
propuesta que usted nos presenta hoy aquí se podría resumir claramente con un solo
término, que es una propuesta de amputación. Una propuesta de amputación muy del estilo
de los cirujanos -en la época en que estamos- de nuestro sistema público de pensiones. Y
una propuesta de amputación que no solamente tiene como padre al ministro de Trabajo,
que la presenta hoy aquí, sino que tiene otros padres y otras madres. Y me gustaría que
todos ellos dieran cuentas alguna vez. Además, señoría, tengo la impresión, por las
intervenciones de los grupos parlamentarios, que esa propuesta no es una propuesta para el
acuerdo. Da la impresión a tenor de nuestras intervenciones que es una propuesta que
produce más desacuerdos que acuerdos. Y es que cuando en una negociación colectiva, por
ejemplo, se hace una propuesta no asumible para los negociadores con toda seguridad las
cosas se ponen muy difíciles.
Yo creo que esta propuesta del Gobierno es un error, un grave error. Reconozco
que no va dirigida a esta Comisión. Tanto la propuesta de aplazamiento de la edad de
jubilación, como la propuesta de recorte presupuestario, o como la propuesta de nueva
reforma laboral, no van dirigidas ni a esta Comisión, ni a este Parlamento. Tienen otros
interlocutores; pero también tendrán que tener en cuenta a este Parlamento. No solamente
deben tener en cuenta al señor mercado, sino también a la representación de este país. En
ese sentido, señoría, tengo la impresión de que no hemos empezado bien. Decía hace unos
días en alguna comparecencia ante esta Comisión en la que avisaba sobre todos los
peligros para el sistema de pensiones, que cada vez que nos reuníamos los ciudadanos se
echaban la mano a la cartera. Pues bien, tengo la impresión de que, a partir de ahora, los
ciudadanos ya no solamente se echan la mano a la cartera sino que piensan que
sencillamente nos hemos llevado la cartera.
Señor ministro, la propuesta que hacen hoy en mi opinión, y en relación a los
principios que usted antes enarbolaba para la búsqueda del consenso en el Pacto de Toledo,
no es una propuesta equitativa, no es una propuesta gradual y, por tanto, no es una
propuesta susceptible de consenso. Es una propuesta injusta, radicalmente injusta para un
país que destina el 9 por ciento del BIB a pensiones y cuya pensión media en materia
contributiva es el 65 por ciento de la pensión media europea. Es injusta. Es una propuesta,
en nuestra opinión, impuesta-y lo he dicho antes. No viene por una reflexión de esta
Comisión o del Gobierno. No proviene de ningún diálogo, de ningún debate. Proviene
únicamente de los mercados y del intento del Gobierno de satisfacer a los mercados, a los
mismos que nos han llevado a esta crisis. A esos son a los que intenta satisfacer el
Gobierno, como si en estos momentos estuviera aquejado del síndrome de Estocolmo. Por
otra parte, es una propuesta que no busca el consenso. Es una propuesta claramente de
ruptura en una Comisión donde tenemos posiciones diferentes, aunque tenemos símbolos,
iconos que ninguno estamos dispuestos a modificar, tan solo porque lo diga el ministro de
Trabajo o el Gobierno. Y un icono para los trabajadores son las ocho horas de trabajo
diarias; y un icono también para los ciudadanos es la jubilación a los 65 años. Ustedes no
pueden romper el icono y venir aquí a decir que están por el consenso, porque previamente
han establecido una postura radical y de ruptura.
Por eso, lo primero que le voy a decir, señor ministro, es que retire usted la
propuesta de aplazar la edad de jubilación. Si realmente es una propuesta sometida al
diálogo y al consenso, retírela. Si, por el contrario, es un pie forzado del Gobierno ante otras
instancias, del cual no quiere dar cuenta ante esta Comisión, tendremos que concluir que
tenemos poco que hacer en esa materia y mi grupo, en concreto Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, será oyente, no negociará, ni acordará algo innegociable, como es romper
con el icono, con el símbolo, símbolo que es muy importante, de la jubilación a los 65 años.
Decía, señor ministro, que la postura del Ministerio de Trabajo es complicada. Y es
complicada porque los cirujanos no están aquí, los que proponen la amputación del sistema
de pensiones no están presentes hoy aquí, y el ministro de Trabajo tiene un papel, que le
alabo, bastante más limitado.
Podríamos decir, siguiendo los términos sanitarios, que el ministro de Trabajo es el
anestesista que intenta trasladarnos la postura del Gobierno y de los mercados de amputar
nuestro sistema público de pensiones. ¿Qué papel le queda a esta Comisión del Pacto de
Toledo? Estamos entre la reanimación y la rehabilitación del amputado, y la verdad es que es
un papel muy poco grato, porque da la impresión de que la medida fundamental, la medida
esencial ya está tomada. Los gobiernos no hacen reflexiones, señor ministro, los gobiernos
no son un gabinete universitario, los gobiernos hacen propuestas y toman decisiones. Yo
estoy seguro de que la propuesta que hoy nos plantean la han madurado mucho, lo que
pasa, sencillamente, es que no nos gusta; creo que a los ciudadanos no les gusta -lo han
demostrado en las encuestas-, tampoco gusta a los sindicatos y no nos gusta a los grupos
parlamentarios. Ustedes verán; si a pesar de esa posición se empecinan, como otros, en
imponer su criterio a la opinión pública y a esta Cámara creo que se van a equivocar como
otros se equivocaron en otros momentos históricos de este país. Yo preferiría que fueran
capaces de rectificar hoy -y le pido que rectifique ya hoy, que no espere-, que lo considere
una cuestión abierta y que podamos hablar de todo sin tener un pie forzado, como el que
nos plantean en torno al aplazamiento de la edad de jubilación, a la ampliación de los años
para el período de cálculo, medidas que van destinadas fundamentalmente a recortar
nuestro sistema público de pensiones. Todo esto lo hacen, señor ministro, diciendo que no
hay ningún peligro para la viabilidad del sistema y que el sistema es saludable. Si el sistema
es saludable y no tiene ningún peligro, ¿por qué le amputan un brazo? ¿Por qué nos
proponen una amputación? ¿Por qué nos proponen la solución quirúrgica? ¿Por qué no nos
proponen -como habíamos pensado hasta ahora- medidas que consoliden y modernicen
nuestro sistema de pensiones? Creo que porque responden ustedes a otros intereses.
Creo que ustedes, al pairo de ese fantasma que recorre Europa, que es el déficit de
destrucción masiva y, por tanto, la única política es la del ajuste, lo que nos proponen es
modificar radicalmente el Pacto de Toledo; lo que nos proponen es un sistema mixto de
pensiones. Porque si la reducción a medio y largo plazo es de estas características, es lógico
que lo que se produzca sea un sistema público asistencial y un sistema privado
complementario. Ese es el modelo que está detrás de esta propuesta, que responde también
al interés de los mercados, sobre todo con respecto a los fondos de pensiones y a los fondos
de inversión.
Termino. Señor ministro, vuelvo a reiterarle que esta es una medida injusta y radical
que no va a contar con el acuerdo del Pacto de Toledo, pero, además, que no va a contar con
nuestro acuerdo. Nosotros suspenderemos la negociación en la medida en que ustedes
intenten imponer esta posición, este pie forzado; actuaremos únicamente -como decía algún
dirigente de la izquierda- de oyentes, estaremos de oyentes en el marco del Pacto de Toledo.
Señor ministro, cuando hablan, por ejemplo, de demografía en el documento que
presentan, ustedes manipulan; no se puede hablar de adultos y de ancianos, hay que hablar
de cotizantes y de pensionistas, y si se habla de cotizantes y de pensionistas el riesgo
demográfico disminuye. Por otra parte, olvidan algo esencial, y es que junto con el cambio
demográfico también se produce un cambio económico, que se denomina productividad, y la
productividad también influye en el futuro del sistema de pensiones. En nuestra opinión
existen muchas medidas que tomar para mejorar y consolidar nuestro sistema de pensiones
sin amputarlo, sin romper el Pacto de Toledo y, en definitiva, sin separarse de la voluntad
mayoritaria de los ciudadanos.
Gaspar Llamazares Trigo
Diputado de IU